Por primera vez en muchos años, las perspectivas parecen estar mejorando para las compañías no estadounidenses. Son varios los factores que están acelerando el cambio: medidas de estímulo fiscal en Alemania, reformas del gobierno corporativo en Japón y Corea del Sur, debilitamiento del dólar estadounidense, indicios de estabilización de la economía china y mejora del contexto político en Europa.
Las compañías no estadounidenses han tenido un buen inicio de año: los índices MSCI Europe, MSCI EAFE y MSCI ACWI ex USA han registrado sólidas ganancias, frente a la fuerte caída del índice S&P 500.
«Desde el anuncio de aranceles del pasado 2 de abril, hemos visto una gran correlación entre las compañías estadounidenses y no estadounidenses, tal y como cabría esperar en un periodo de aumento de la volatilidad de los mercados», afirma Samir Parekh, gestor de renta variable. «Cuando la situación se normalice, las perspectivas parecen favorables para las compañías no estadounidenses. Las valoraciones son mucho más bajas que las de las empresas de Estados Unidos. Muchas compañías no estadounidenses operan en sus propios mercados nacionales y no están expuestas al contexto de inestabilidad política que vive el país norteamericano. Además, ciertas regiones están experimentando una mejora del gobierno corporativo».
La evolución de los mercados de divisas apunta a la posibilidad de una ralentización del crecimiento de la economía estadounidense, una orientación más expansiva de la Reserva Federal y unos tipos de interés reales más bajos. El dólar resulta menos atractivo, dada la reducción del diferencial de tipos reales (ajustados por inflación) entre Estados Unidos y otros países.
Las compañías no estadounidenses han tomado la delantera

Las medidas de estímulo en Alemania marcan la pauta en Europa
Europa vuelve a replicar el famoso «cueste lo que cueste». Los Estados miembros de la Unión Europea trabajan en la reactivación económica de la región, a la luz de un informe sobre competitividad elaborado por el economista y ex primer ministro italiano Mario Draghi y de las crecientes tensiones comerciales con socios comerciales importantes, como Estados Unidos y China.
Alemania, la mayor economía europea y famosa por su austeridad, anunció en marzo un gran paquete de medidas de estímulo fiscal, marcando así uno de los cambios políticos más significativos que se han puesto en marcha en el país desde la reunificación de Alemania Oriental y Occidental en 1990. También se percibe la sensación de que el contexto normativo podría abrirse al cambio y favorecer la inversión.
«Soy relativamente optimista», afirma Gerald DuManoir, gestor de renta variable. «Las medidas de estímulo aprobadas en Alemania beneficiarán a Europa, y podríamos asistir a un fortalecimiento del ciclo industrial en los próximos tres años. Dicho esto, aún se tardará un tiempo en poner en marcha las medidas de estímulo, así como en notar sus efectos en las economías».
Estrecha correlación entre la renta variable alemana y el sector manufacturero

Fuente: Finect